lunes, 10 de noviembre de 2008


Durante su estadía de tres meses en la plancha del zócalo capitalino de la ciudad de México, el museo nómada (considerada la construcción de mayor tamaño hecha de bambú), recibió a ocho millones 732 mil 622 visitantes, registrando en un solo día hasta 370 mil personas, todo un récord para una exposición fotográfica en nuestro país que se convirtió en todo un suceso cultural.




FOTOS DE LA SEMANA















Esta segunda entrada se la dedicaré al trabajo del artista canadiense Gregory Colbert, quien comenzó su carrera en París haciendo documentales acerca de asuntos sociales. La realización de películas le llevó a su trabajo como fotógrafo artístico, y la primera exposición pública de su obra tuvo lugar en el Musée de l’Elysée de Suiza.




Durante los siguientes diez años, no mostró ninguna película ni expuso ninguna de sus obras de arte. En su lugar, viajó a sitios como India, Birmania, Sri Lanka, Egipto, Dominica, Etiopía, Kenia, Tonga, Namibia y la Antártida para rodar y fotografiar las maravillosas interacciones entre los seres humanos y los animales.




En 2002, inauguró la exposición Ashes and Snow en Italia en el Arsenal de Venecia, un astillero del siglo XV de unos 12.000 metros cuadrados, propiedad de la marina italiana. Fue la mayor exposición monográfica organizada en Italia. EL Nomadic Museum debutó con la inauguración de la exposición Ashes and Snow en Nueva York en el Muelle 54 de Hudson River Park y posteriormente se trasladó a Santa Mónica, California.




Más de un millón de personas han visitado la muestra desde el comienzo de su viaje en Venecia. El proyecto ha sido bien acogido tanto por el público general como por la crítica y Gregory Colbert fue galardonado con el 2005 Lucie Award for Curator of the Year (premio Lucie de 2005 al Comisario del año) por la instalación de Ashes and Snow en el Nomadic Museum de Nueva York.




La exposición Ashes and Snow incluye más de 100 obras de arte fotográficas en gran formato, una película de una hora y dos películas haiku de nueve minutos. Ninguna de las imágenes se ha
manipulado de forma digital para aparecer en collage o superpuestas. Registran lo que el artista vio a través del objetivo de su cámara.




Los trabajos fotográficos de soporte mezclado combinan los tonos ámbar y sepia en un proceso encaústico sobre papel japonés hecho a mano. Las obras de arte, de aproximadamente un metro y medio por dos y medio, se montan sin ningún texto explicativo, fomentando una interacción abierta con las imágenes.










Durante su estadía de tres meses en la plancha del zócalo capitalino de la ciudad de México, el museo nómada (considerada la construcción de...